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AQUÍ FORJAMOS NUESTRAS ARMAS.

Trabajamos distintas áreas confianza libertad verdad fraternidad a través de la papeleta.

1. Fe y Espiritualidad

Pretendemos en el Colegio Notre Dame educar alumnos y alumnas fieles a los valores y principios católicos, cuyo principal modelo de vida sea el de Jesús. Por ello, creemos fundamental el desarrollo del principio de la lealtad, que no es otra cosa que el apego irrestricto y absoluto a la verdad como centro de su espiritualidad y crecimiento. No se trata sólo de que conozca el mensaje evangélico –asunto imprescindible en un colegio de Iglesia-, sino que lo haga vida, en cada uno de los actos de su existencia.

Al igual que otros factores, el desarrollo de la fe se da de acuerdo con las etapas de su crecimiento. Para ello, es fundamental la vivencia de los sacramentos en el colegio, a través de la liturgia y los ritos propios de la Iglesia Católica, a la cual nuestro estudiante se siente vinculado, integrado e identificado activamente, como protagonista de un mensaje divino: la construcción del Reino de Dios en la tierra.

Se espera, además, de un muchacho y de una chiquilla de este colegio que encarne los valores propuestos en la Ley Scout.

Como niño, niña o joven ligado a los principios evangélicos, el muchacho del Notre Dame es fiel, transparente, solidario, generoso, sencillo, servicial y abierto a incorporarse a la sociedad de modo crítico y constructivo. Por lo tanto, enfrenta las crisis, desilusiones y fracasos con un sentido providencial.

2. Madurez de acuerdo con su etapa de desarrollo

Como señalábamos recientemente, el estudiante del Colegio Notre Dame vive cada proceso de su crecimiento de acuerdo a lo que corresponde a su etapa de desarrollo. No deseamos adelantar procesos, sino que cada individuo madure de acuerdo a su crecimiento intelectual, afectivo, volitivo, psicológico y psicomotriz.

El objetivo final es que de nuestro colegio egresen muchachos y chiquillas autónomos(as) como personas, en un proceso gradual; que sean capaces de utilizar bien su libertad, al servicio de los otros; seguros(as) de sí mismos(as) y conocedores de su persona, con sus virtudes, talentos, y limitaciones, y conocedores de sus intereses, capacidades, habilidades y destrezas; con una autoestima positiva e idealista.

3. Capacidad de enfrentar situaciones

En el colegio Notre Dame creemos firmemente en el desarrollo del carácter, que es la capacidad de superación de uno mismo, el no rendirse, la tenacidad en la misión, en las acciones y tareas que se acometen. Por eso, decimos que el alumno y la chiquilla del colegio Notre Dame es altamente resiliente, es decir, que frente a la dificultad tiene la tenacidad y el esfuerzo para salir adelante, no dejándose vencer por las circunstancias.

Para ello, generamos instancias para que nuestros alumnos y alumnas desarrollen la iniciativa y la capacidad creativa como medio de resolución de problemas. Esto da como fruto que, nuestros alumnos y alumnas sean exigentes consigo mismos y aporten al enfrentar una dificultad, siendo capaces de trabajar en equipo, ayudar a otros y de solicitar asistencia.

4. Sentido de equipo, convivencia y trabajo con otros

Como quedó dicho, el (la) estudiante de nuestro colegio es colaborador(a) y capaz de trabajar en equipo. Esto sucede gracias a que se le ha hecho aflorar un sentido de fraternidad y empatía con el prójimo. Por ello, es participativo(a), generador(a) de ideas y emprendedor(a) esforzado(a) de las tareas que se le encomiendan. Construye comunidad y está abierto a conocer a más personas. Por otra parte, él o ella comprende que la creación cultural se da entre gente de diferentes características, facilitando la integración social.

Frente a la convivencia actúa en forma positiva, facilitando la comunicación y el encuentro en el diálogo, manifestando sus propias ideas, comprendiendo posiciones antagónicas e ideas contrarias a las propias, en un clima de tolerancia y respeto.

5. Crecimiento formativo, aprendizaje y cultura

En el Colegio Notre Dame buscamos la formación de una persona que se desarrolla en distintos aspectos, sin descuidar un área por favorecer otra. Así, los estudiantes de nuestro colegio debieran crecer en forma holística, total, equilibrada, cuidando tanto los aspectos del saber cognoscitivo como en el dominio afectivo, volitivo y psicomotriz. Para lograr esto es fundamental el respetar los procesos de crecimiento, el manejo de las emociones, la fuerza de voluntad (carácter), el conocimiento del cuerpo y la formación cultural, entre otras.

En relación con lo último indicado, es importante señalar que el estudiante de este colegio valora la cultura como un elemento vivo y dinámico en el cual él tiene participación. Se siente cocreador del mundo; su pensamiento y vivencias deben ser parte del proceso educativo. No es importante sólo que el muchacho o la chiquilla aprenda algo, sino también que lo aprehenda, lo incorpore a su propia realidad, en forma crítica y activa. En nuestro colegio el muchacho o la alumna se siente protagonista de su propio aprendizaje.

Por ende, el estudiante de este colegio va desarrollando las habilidades del pensamiento. Es decir, la capacidad de enfrentar y resolver problemas, relacionar hechos y valorarlos, hacer metacognición, analizar y sintetizar, en vista de tomar decisiones autónomas y libres.

Para alcanzar lo propuesto, es necesario el aprendizaje de métodos de estudio facilitadores del aprendizaje y de formas de programación del tiempo y el trabajo. El muchacho o la chiquilla, además, luego de realizar una actividad, debe saber y acostumbrarse a evaluar sus acciones y el resultado de éstas.

Acorde con nuestro pensamiento de desarrollo íntegro del estudiante, el muchacho o la chiquilla del Notre Dame domina métodos y técnicas propios de la ciencia, el arte y el deporte, siendo riguroso en su trabajo personal.

A través del estudio, del conocimiento y de la síntesis personal de la cultura, el alumno o la alumna, es capaz de crear proyectos, descubrir su viabilidad, formular objetivos y metas, motivar la participación de terceros, buscar los medios físicos e intelectuales para llevarlos a cabo, sintetizar los resultados y evaluar tanto la calidad de lo efectuado como del trabajo personal, todo ello en forma rigurosa.

Como dijimos anteriormente, el muchacho y la chiquilla de nuestro colegio se conoce a sí mismo y, por lo tanto, sabe incorporarse en el mundo aprovechando sus talentos personales, aunque esforzándose en adquirir también conocimientos de aquello que no le es fácil, que se aleja de sus intereses o frente a lo cual tiene menos aptitudes.

En el proceso comunicativo, el estudiante del Notre Dame debe saber expresarse en los diversos niveles comunicativos adaptándose a la situación en que se encuentre. Es decir, que sepa escuchar, hablar en público y coloquialmente, escribiendo e interpretando distintos tipos de textos, tanto como el lenguaje no verbal.

6. Sentido de disciplina personal

Ya mencionamos anteriormente que el alumno y la alumna del colegio Notre Dame debe desarrollar paulatinamente, de acuerdo con su etapa de desarrollo, el carácter. Para ello, es imprescindible que él se sienta responsable de las obligaciones asumidas y de sus propios actos. Es fundamental que descubra las consecuencias, tanto positivas como negativas, de aquello que realiza.

Los alumnos y alumnas de nuestro colegio deben manejar su voluntad, y por tanto, pueden resolver sus estados de ánimo conflictivos sobre esa base, ejerciendo el control sobre sí mismo y sus emociones.

El alumno y la alumna del colegio debe asumir el respeto y cuidado de su cuerpo y vivenciar su fraternidad a través de la preocupación por las necesidades de los demás.

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