Nuestros estudiantes en Bélgica vivieron una semana repleta de aprendizajes, desafíos y experiencias culturales que los conectan con el mundo desde la curiosidad, el respeto y el trabajo colaborativo.
La aventura comenzó con jornadas de estudio personal en las instalaciones del colegio anfitrión, donde contaron con salas y computadores para avanzar en sus proyectos académicos. Esta instancia no solo fomentó la autonomía, sino que también fortaleció los lazos con estudiantes locales, compartiendo espacios como el recreo, talleres deportivos y actividades al aire libre.
Uno de los momentos más enriquecedores fue la visita al Museo Galo-Romano de Tongres —la ciudad más antigua de Bélgica—, donde conocieron la historia del asentamiento del Imperio Romano en esa región y los conflictos con la antigua Galia. La experiencia, guiada completamente en inglés, puso a prueba sus habilidades lingüísticas y su capacidad de comprensión en un contexto histórico-cultural fascinante.
Durante la semana también exploraron los bosques que rodean el colegio, antiguos espacios de campamento en la época del educador Polain, y participaron en un taller de orientación junto al profesor de Educación Física local y alumnos belgas, como preparación para futuras excursiones.
Otro punto alto fue la visita al Castillo y Jardines del Conde de Marchin, un lugar declarado patrimonio excepcional de Valonia. Por primera vez en el viaje, la guía fue en español, lo que permitió una inmersión aún más profunda en la historia y arquitectura del lugar. El recorrido los llevó incluso a un cementerio de la Segunda Guerra Mundial, conectando la belleza del entorno con la memoria histórica de Europa.
Estas experiencias —entre estudio, historia, naturaleza y comunidad— han sido una verdadera escuela de vida. Un intercambio que no solo enseña contenidos, sino que forma ciudadanos del mundo con conciencia, empatía y visión de futuro.
¡Revisa más imágenes en nuestro Instagram @notredamecl!