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ALUMNOS DEL NOTRE VIAJAN A EUROPA

Un grupo de 10 alumnos y alumnas de nuestro colegio se prepara para vivir una de las aventuras más inolvidables de su vida: viajar a Roma, Italia, donde tendrán un encuentro con 4.000 estudiantes de distintas partes del mundo y con el Papa Francisco, para luego trasladarse a Bélgica, donde visitarán Marchin y el colegio que inspiró a nuestro Notre Dame para, finalmente, llegar a París y recorrer en un viaje cultural la maravillosa capital de Francia.
¿De qué se trata todo esto? La aventura se inició el año pasado, cuando la profesora y coordinadora del Departamento de Inglés del colegio, Pamela Moraga, asumió la dirección del área de Convivencia Escolar. Allí decidió implementar el trabajo conjunto con DFC –Design for Change– institución internacional que busca ofrecer a niños y jóvenes la oportunidad y las herramientas para poner en práctica sus propias ideas sobre un mundo mejor.
“Todo partió en una extensa reunión a la que nos invitaron un sábado con tres alumnos, entre ellos el ex presidente del CAND, Pedro Jofré, Carla Aránguiz, ambos de III Medio en ese tiempo y ellos propusieron a Gabriel Placencia que era de I medio”, dice Pamela Moraga.
El desafío que DFC les planteó fue que, en un grupo de 15 alumnos, se desarrollara un proyecto que consideraran necesario para el colegio y ayudase a mejorar las relaciones humanas. Ellos eligieron, por entusiasmo y no por amistad, a los alumnos que, consideraban, podían liderar y llevar a cabo este desafío. Así surgió un equipo de 12 alumnos, desde 7° a IV Medio, que se motivaron con el desafío.
Trabajaron todo un semestre, juntándose cada jueves al almuerzo, y pasando por distintas etapas. Primero, sentir qué debían lograr. Así salieron temas como el que faltaban espacios para conversar, que el colegio estaba algo gris, que faltaba jardín, que no hay asientos donde instalarse. Luego vino la etapa de empatizar, que incluía preguntarle a los demás, conversar, hacer una encuesta, ¿qué siente cada uno? Que hay mucho individualismo, que uno pasa metido en el celular, ¿por qué no compartimos más?
Por último, vino la etapa de ¿cómo vamos a participar? Había que crear el proyecto.
Y se definió algo muy sencillo pero gratificante: darle vida y color al rincón del patio que está detrás del mástil, que es donde los alumnos quisieron que fuera el espacio para compartir. El proyecto se denominó “La importancia de medioambiente en las relaciones humanas”.
Consiguieron recursos con rectoría y se pintó el quiosco de verde, otro grupo pintó el container en el que los scouts guardan sus materiales y que lucía gris y lleno de rayados. Los profesores les dieron facilidades a los alumnos para que pudieran hacer parte de los trabajos en horarios con menos carga académica, integrando a casi toda la comunidad.
Finalmente, la gente de DFC, vino al colegio en varias ocasiones a evaluar cómo se ejecutaba el proyecto, y pidió un video que lo resumiera y mostrara su objetivo.
Ahí se incorporó Juan Olivares, profesor de inglés y scout que, con el material captado por los propios chiquillos, armó un video. En abril, DFC reconoció al proyecto como uno de los ganadores, lo que implicaba participar de un encuentro mundial de estudiantes en Roma, Italia. Con esfuerzo, las familias de los alumnos participantes pusieron los pasajes y la organización entregará alojamiento, comidas, transporte y toda la logística de este gran encuentro.
Son 10 alumnos los que viajan, incluidos dos egresados y dos se restaron porque les coincidió con el viaje de estudios, además de tres apoderados y tres profesores. Liderará el grupo, Jorge Orellana, querido ex profesor del colegio encargado de animar a todos con su acordeón y cientos de canciones scouts.
La aventura comienza este 25 de noviembre, estarán cinco días en Roma, luego siguen a Bélgica a Marchin y, finalmente Paris, en una experiencia cultural.
“Además de esta maravillosa posibilidad de ir a El Vaticano, estar con el Papa, compartir con otros jóvenes de todo el mundo, quisimos que los chiquillos y chiquillas pudieran visitar la escuela de donde surgió el Colegio Notre Dame, en Bélgica. En la localidad de Marchin: el Liceo Príncipe Balduino. Nos pusimos en contacto con la gente de allá e inmediatamente nos abrieron los brazos para recibirnos. Este viaje, presenta de alguna forma, volver al lugar de origen: el Padre Polain partió en los años 40 desde Marchin a Chile y él trajo toda su pedagogía desde esa escuela, que atendía en ese momento a los niños de la posguerra. Con el método scout, con determinados valores que en momentos de crisis eran importantes de reafirmar. Y cuando funda el Colegio Notre Dame en Chile, lo hace en un castillo que, de alguna forma, rememoraba este colegio belga e instala la pedagogía que había vivido y aprendido en ese colegio. Ir a Marchin hoy, es volver al punto de origen. Para que miremos desde el pasado, nuestro futuro, para reencontrarnos con la identidad del colegio”, dice nuestro rector, Carlos Ossa.
Y agrega. “Por eso para nosotros es muy importante el que esta delegación de chiquillos y chiquillas pueda hacer este viaje, que puedan generar este vínculo no sólo con lo factual -el edificio mismo de Marchin- sino con la propia historia de nosotros. El Padre Polain es un migrante en Chile y el migrante siempre tiene en su mente la patria de origen. Y nuestro origen está allá, tenemos los mismos escudos, el mismo lema”, afirma Carlos Ossa.
¡Buen viaje, muchachos! ¡Buena caza!

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